Patio Rojo (patio de Cristo) y Gruta de Lourdes
En la gruta nos detendremos en la historia y los lineamientos de la Congregación Hermanas
Adoratrices del Santísimo Sacramento con motivo de su 140° aniversario. (Personalmente
creo que aquí deberíamos explicar y contar nuestro culto al misterio de la Eucaristía y su
lazo con la Congregación y directrices en la enseñanza de nuestra institución )
Biografía de Sor Josefa
Dentro del patrimonio cultural santafesino, las obras pictóricas de Sor Josefa Díaz y
Clucellas ocupan un lugar preponderante. Es que esta mujer, nacida en Santa Fe el 13 de
abril de 1852 y fallecida en Villa del Rosario el 24 de septiembre de 1917, está considerada
la primera pintora con firma del continente.
A diferencia de otras mujeres de su época, pudo pintar. En 1871 participó de la Primera
Exposición Nacional de Córdoba con cuatro obras realizadas a los 17 años: un gaucho, una
“china” y dos naturalezas muertas de frutas. En su juventud, el propio gobernador Simón
Iriondo le ofreció una medalla por su talento, gloria y estímulo.
Respecto a su formación, Graciela González y Jorge Terpín señalaron que su paso por el
taller del italiano Héctor Facino, colaboró a la depuración de su técnica y a la concreción de
pinturas de mayor aliento compositivo y precisión colorística. Entre las numerosas obras
dejadas por la artista, siempre con un tratamiento neo clasicista, se destacan sus retratos.
Josefa realizó pintura costumbrista, sus retratos y naturalezas muertas son obras originales,
de gran realismo. Fue también productora de retratos de la alta sociedad santafesina. Su
fama traspasó la frontera provincial y recibió encargos del gobierno de Entre Ríos como el
retrato al óleo de Justo José de Urquiza.
Optó por la vida consagrada junto a las Hermanas Adoratrices. Así, durante 23 años pintó
casi exclusivamente cuadros religiosos para capillas, conventos y oratorios, que se suman
en su vasta producción a las naturalezas muertas, retratos y paisajes.
Entre sus producciones más conocidas figuran “Dolorosa” (óleo sobre tabla), “San
Jerónimo” (óleo sobre lienzo), “Cristo en la Cruz” (óleo sobre lienzo de 1892), “San José y el
Niño” (óleo sobre lienzo de 1892), “Virgen del Pilar” (óleo de 1883), “Virgen de Lourdes”
(óleo de 1889), “San Antonio de Padua” (óleo sobre lienzo de 1886), “Purísima” (óleo sobre
lienzo), “Justo José de Urquiza” (óleo sobre lienzo) y “Retrato de Eugenio Correa” (dibujo).
Miradas
Según la Prof. María Leiva Cullen, en las pinturas de Sor Josefa se traduce un amor por lo
bello y lo sencillo, la ingenuidad y la frescura. “Sus obras son trabajadas, pulidas, propias de
un estilo femenino; de sus composiciones fluye la naturalidad. Sus retratos señalan la
seguridad en el dibujo y la delicadeza en el color. A sus frutas, uno de sus temas
predilectos, las representa con veracidad y con un despliegue de luz y color, inigualables.
Con respecto a las imágenes religiosas, se originan en su profunda fe y misticismo. Sus
vírgenes, ángeles y santos transmiten gran expresividad en sus rostros y actitudes”.

